Mostrando entradas con la etiqueta opinión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta opinión. Mostrar todas las entradas

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un mundo de mentirosos

Hacía tiempo que se clamaba al cielo, que algo así podía existir. En un mundo donde la competitividad se haya tras las esquinas, donde ser más que el vecino parece que no tenga precio, en el que las apariencias venden más que las realidades y, en un mundo donde los avances tecnológicos son capaces de realizar un niño a medida para poder salvar la vida de un hermano, se publicó ayer en El País, un reportaje en que se afirmaba, así como si nada, que el 20% de los científicos reconocen ‘doparse’.

Según dicho artículo, este ‘dopaje’ está relacionado con la mejora de las capacidades cognitivas y que según ello, se presupone mejorar habilidades como la memoria, la concentración o la vigilia.

Pese a que se usa el término ‘dopaje’ –muy en boga en círculos deportivos-, se compara a este dopaje con las operaciones de estética, afirmando que si el Botox elude a la arruga, este tipo de sustancias ayudarán también a la mejora de ciertas habilidades cognitivas. Y lo dicen así de tranquilos. Parece incluso que se justifique el Botox, y que se justifiquen este tipo de prácticas.

Mientras tanto, continuamente nos hayamos con noticias en las que se dilapida literalmente al deportista al cual se le detecte algún tipo de sustancia exógena en su cuerpo y de la que se sospecha (o se confirma) que ha podido lograr cualquier ‘hazaña deportiva’, argumentando hazaña como una mejora de sus capacidades físicas para lograrla.

¿Nos imaginamos, ahora que estamos en épocas, donde van surgiendo los nombres a los que se les otorgan los archiconocidos premios Nobel, que se le denegara su entrega a un científico por haberse comprobado que ha tomado sustancias que mejoren su capacidad de trabajo? ¿Y si a alguna ‘top model’ se le denegaran contratos de trabajo por haberse operado o puesto cualquier sustancia extraña en su cuerpo?

Creo que esta búsqueda de la excelencia y reconocimiento sin fin en la que nos hayamos sumergidos, nos conducirán a que siempre hayan mentirosos y tramposos que busquen bajo cualquier pretexto aquello que en condiciones normales no les correspondería.

El problema es, ¿por qué unos siempre estarán mejor vistos que otros?

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Cómo cansa...

Ciertamente, no quiero quitarle méritos a Rafa Nadal. Esta temporada lo está haciendo todo bien. Es trabajador, luchador y profesional como la copa de un pino.

Es el mejor tenista que ha tenido España en la historia, pero es que... parece el único que existe y no es cierto. Somos el país que más jugadores tiene entre los mejores del mundo, pero por desgracia tienen a Rafa delante y nadie habla de ellos.


Los medios no paran de martillearnos con las gestas diarias de Rafa, y ahora además, el jurado que otorga el Premio Príncipe de Asturias, presidido por el Todopoderoso Samaranch, deciden darle ‘El Premio’ por delante de gente tan grande como Michael Phelps, Elena Isinbayeva, Usain Bolt o ‘La Roja’.

Lo de ‘La Roja’ no lo voy a comentar, pero sobre Phelps...

Muchos años lleva el de Baltimore siendo el más grande, entrenando como el que más. Muchos años entrenando, compitiendo, sacrificándose para ser el mejor y luchando para mantenerse ahí. Llegan los JJ.OO. y demuestra que es el mejor. Ocho medallas y siete récords del mundo no son suficientes para recibir ‘El Premio’. A mi parecer, creo que sólo le hubiera faltado ser español para recibirlo, y relegar a Nadal a un simple candidato más.

Dice Phelps que intentará llegar a Londres 2012, pero si quiere ‘El Premio’, tendrá que igualar sus gestas de Pekín. Espero que por aquel entonces, el campeonísimo Rafa vuelva a ser campeón olímpico y ‘El Premio’ se lo den a Phelps. Si no es que por aquel entonces, Fernando Alonso vuelve a ganar el mundial de F1.