
El horario laboral y el familiar me llevan a tener muy poco tiempo para entrenar (o hacer un poco de ejercicio físico), pero además se añade que la práctica deportiva, sobre todo correr que es lo que lleva menos tiempo, se vuelve una tarea difícil y dolorosa. Ya he llegado al momento de notar que mi pierna izquierda tiene de dos a tres centímetros más de diametro que la derecha debido a la tendinitis que no se acaba de marchar. Ahora no me duele más que en otras fases de la recuperación, pero siento que puedo correr (no muy largo y no sin sentir una contínua molestia en las piernas). Todo se hace desagradable y desmotivador. Por suerte, en lo personal todo va viento en popa gracias a una mujer maravillosa y a un hijo encantador. Pero es que siempre queremos más.
¡Vaya que todo me conduce a no hacer ni el huevo (deportivamente hablando)!
Pero luego quiero estar en la salida de las competiciones para mantener ese punto de motivación que me sirva para tratar de entrenar de vez en cuando. Pues ni una cosa ni otra. Hoy de nuevo me he tenido que retirar del triatlón olímpico de Calafell por un dolor contínuo en la pierna además de volverse pata.de.elefante de nuevo.
No sé cómo daré salida a la crisis pero creo que la opción será DEJAR DE COMPETIR hasta nueva orden (será más o menos tiempo, me perderé más o menos pruebas) pero ahora debo programar mi cabeza para seguir haciendo actividad física al ritmo que sea pero tanto como pueda hasta dejar de tener estas sensaciones fantasmagóricas que me azotan contínuamente. Creo que es un buen momento para ello. O nunca lo es.