domingo, 22 de julio de 2007

El primer IRONMAN de Sergi

Finiquitado mi Ironman puedo afirmar que ya soy un Finisher.

Casi doce horas continuadas fueron el resultado de esta primera participación en un triatlón de distancia Ironman. No sé si habrá otro, y no es tanto por la duración ni por la prueba en sí misma si no por el tiempo de preparación que conlleva.

El segmento en el agua podría catalogarlo de anecdótico. Es un simple calentamiento para todo lo que queda. Decir que salí en cabeza del pelotón de 2200 participantes y ahí me mantuve hasta mi salida del agua. Un total de 55’ fue mi tiempo para recorrer los 3,8km acuáticos. No estuvo mal. Mi posición en ese momento: 113. Mejor de lo esperado.

En bici, siendo mi punto débil, lo tomé de forma conservadora aunque me sentí muy bien hasta el kilómetro 120. A partir de ahí, mi fuerza en las piernas fue mermando y mi ritme decreciendo. Las rampas de Rupertingen me parecieron más duras en su segundo paso que en el primero (¿y qué esperaba?). Me fueron pasando numerosos ciclistas con sus portentosas máquinas de carbono. Llegó Roberto en el 110, el cual me acompañó durante un par de kilómetros hasta que volvió a bajar desarrollo y continuó su progresión. Ya sobre el 130 pasó Emili, me animó sin disminuir su ritmo. Yo también seguía a lo mío. Hundiéndome ya en las tinieblas. El final del viaje llegó tras 5h54’ de patear pistones metálicos.

Calcé mis zapatillas, coloqué mi gorra sobre la testa y paso a paso hacia meta. Pensaba que me movía con calma. Ritmo previsto: 5’/km. Así fue hasta el km 10 que pasé en 49’10” (un poco por debajo) pero en el 13 se me escapó el aire a modo de fuga. A partir de ahí no hubo más remedio que alternar la carrera con la marcha, y cada vez más marcha que carrera. A ese ritmo, el tiempo pasaba aunque el espacio no lo hacía. Sobre el km 26 volví a encontrarme con Roberto que iba en peores condiciones que las mías –parecíamos dos almas patéticas arrastrándonos- aunque lo único es que podía comprobar que no éramos los únicos. Muchos otros estaban en la misma situación que nosotros. Así estuvimos otros dos kilómetros, caminando y contándonos nuestras penas (que en ese momento eran muchas), hasta que traté de trotar un poco para intentar avanzar un poco más rápido. Paso a paso alcancé el km 39 donde ya pude oler la línea de llegada, aupado por las múltiples ovaciones de apoyo que recibíamos de todo el mundo, logré correr hasta la llegada, que concreté en 4h52’ después de haberme bajado de la bicicleta y tras 226km y 11h52’ después de haberme lanzado al agua.

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